Ante el incremento significativo en el precio del café, han comenzado a aparecer en el mercado productos alternativos que se asemejan al café tradicional, pero que contienen ingredientes diferentes, que pueden no ser los adecuados para quienes buscan la bebida original. En enero, el precio del café arábica alcanzó un valor récord, llegando a los 50 reales por kilo para el consumidor, según datos de la Asociación Brasileña de la Industria del Café.

Esta subida en los costos ha generado una respuesta poco común por parte de la industria: la proliferación de productos etiquetados como “polvo para bebida sabor café”. El economista Fernando Nakagawa advierte que estos productos, a los que califica como una “trampa gastronómica”, se están volviendo más frecuentes y pueden confundir a los consumidores.

Estos sustitutos no siempre contienen granos de café genuinos. En muchos casos, incorporan partes como la pulpa del grano, que normalmente se utiliza para alimento animal o como fertilizante, y no para consumo humano.

De acuerdo con las regulaciones del Ministerio de Agricultura, para que un producto sea considerado café auténtico debe tener al menos un 99% de granos de café o café molido en su composición. En cambio, los productos “cafake” no están sujetos a normas estrictas y pueden contener desde otros tipos de granos, ramitas, hasta aromatizantes y colorantes diseñados para imitar el sabor y la apariencia del café original.

El aumento en el precio del café se atribuye principalmente a los cambios climáticos que han afectado la producción en varias regiones del mundo, incluido Brasil, uno de los principales productores. Además, la creciente demanda global, en especial por parte de China, ha presionado aún más los valores en el mercado.

Para evitar confusiones y asegurar la calidad, los consumidores deben prestar atención a las etiquetas. Mientras el café auténtico se identifica con términos como “café tostado y molido”, los productos sustitutos suelen estar rotulados como “polvo para preparación de bebida sabor café”. Esta diferencia es fundamental para que el comprador sepa exactamente qué está adquiriendo.

La situación actual del mercado del café refleja no solo las fluctuaciones económicas, sino también los desafíos medioambientales que enfrenta la industria. A medida que los precios continúan aumentando, es probable que más alternativas similares aparezcan en los estantes, por lo que es esencial que los consumidores mantengan una vigilancia cuidadosa al momento de elegir qué comprar.