Cinco hinchas han sido oficialmente condenados este miércoles 19 de mayo por haber proferido insultos racistas contra Vinícius Júnior durante el partido entre el Real Madrid y el Valladolid, celebrado el 30 de diciembre de 2022 en el estadio José Zorrilla. Tras más de dos años de investigaciones llevadas a cabo por el Ministerio Público español, la justicia ha dictado sentencia, imponiendo a los acusados una pena de prisión y una multa económica que asciende a 1.620 euros, lo que equivale aproximadamente a 10 mil reales.
Este episodio de racismo, lamentablemente, no fue un caso aislado en la carreira de Vini Jr. en España. El delantero brasileño se ha convertido en un blanco recurrente de ofensas por parte de torcedores en varios estadios del país. Sin embargo, con firmeza y determinación, ha contribuido a transformar la manera en la que la justicia española enfrenta este tipo de delitos. De hecho, fue gracias a su denuncia en un caso previo —contra torcedores del Valencia— que se lograron las primeras detenciones por injurias raciales dentro del fútbol profesional español.
En paralelo, el jugador también ha estado implicado en otro proceso legal, esta vez contra aficionados del Atlético de Madrid. En este caso, se investiga la colocación de un muñeco con su camiseta colgado en un puente de Madrid, justo antes de un partido de Copa del Rey. Vini Jr. confesó que sintió temor por su seguridad personal al ver aquella escena, un claro mensaje intimidatorio que superó todos los límites.
Con respecto al fallo judicial relacionado con el caso del Valladolid, este representa un precedente histórico en la legislación española. La Audiencia Provincial de Valladolid calificó el delito como un crimen de odio, apoyándose en el artículo 510.2 a) del Código Penal. Es la primera vez que se reconoce jurídicamente que los insultos racistas dirigidos a un jugador en un estadio constituyen un atentado contra los derechos fundamentales basado en el odio racial.
La sanción impuesta incluye un año de prisión, la prohibición del derecho al sufragio pasivo por el mismo período y la inhabilitación durante cuatro años para ejercer actividades educativas o deportivas, así como para participar en eventos de ocio donde haya menores o actividades públicas. Además, para que no tengan que ingresar de inmediato a la cárcel, los acusados deberán cumplir con ciertas condiciones: no reincidir en delitos durante un periodo de tres años y mantenerse alejados de los estadios de fútbol donde se disputen competiciones oficiales en España durante ese mismo lapso.
Esta decisión representa un punto de inflexión en la lucha contra el racismo en el deporte español. Hasta ahora, las condenas se enfocaban en delitos contra la integridad moral con agravantes racistas, pero esta sentencia va un paso más allá al señalar de manera directa que se trató de un crimen motivado por odio racial.

La LALIGA, como entidad denunciante original, desempeñó un papel clave en el proceso, actuando inicialmente como única parte acusadora. Posteriormente, Vinícius Júnior, el Real Madrid y el Ministerio Público se sumaron a la acción legal. Esta resolución también es fruto del trabajo continuo de la LALIGA a través de su programa “LALIGA VS”, que combina campañas educativas, herramientas tecnológicas y acciones legales para combatir toda forma de discriminación en los estadios.
El organismo reafirma su compromiso de seguir trabajando junto a las autoridades, los clubes y la sociedad para asegurar que el fútbol sea un entorno seguro, inclusivo y respetuoso, donde no haya lugar para el racismo ni para ninguna otra forma de intolerancia.