Los cánceres hematológicos, como leucemias y linfomas, son los más frecuentes en la infancia, seguidos por tumores del sistema nervioso central y sarcomas
En un programa dedicado a la salud pública se abordó un tema de gran relevancia: el cáncer en la población infantil. Expertos reconocidos discutieron los tipos más comunes de cáncer que afectan a los niños, subrayando la importancia de un diagnóstico temprano y las particularidades que diferencian estos casos de los que se presentan en adultos.
De acuerdo con la doctora María Del Pilar Estevez Diz, directora del cuerpo clínico del Instituto del Cáncer de São Paulo, los casos de cáncer en niños son mucho menos comunes en comparación con los adultos. Sin embargo, ella destaca una ventaja importante: “Tenemos la ventaja de que existen tipos de cáncer que son más curables en niños”.
Los cánceres hematológicos ocupan el primer lugar en la lista de tipos más frecuentes de cáncer infantil. La doctora Estevez Diz señaló que “lo que más llama la atención son los cánceres hematológicos, entonces hablamos de linfomas y leucemias”. Aunque no necesariamente estos sean más comunes en niños que en adultos, sí son los que más predominan dentro del grupo pediátrico.
Además de estos cánceres de la sangre, los médicos hicieron hincapié en la presencia de tumores que afectan el sistema nervioso central y sarcomas. Estos son menos frecuentes, pero no por eso menos importantes. La doctora insistió en que este tipo de tumores es “muy relevante y muchas veces pasa desapercibido”.
Uno de los aspectos más destacados por los especialistas fue la urgencia de detectar los síntomas persistentes en los niños. La doctora enfatizó: “Si un niño tiene un dolor que no desaparece, o una inflamación en una articulación o en alguna parte del cuerpo, y se tarda mucho en hacer el diagnóstico, ese es el gran problema del cáncer infantil”.
Detectar el cáncer a tiempo es clave para aumentar las posibilidades de curación y para reducir los efectos adversos del tratamiento. Por eso, los padres y cuidadores deben prestar atención a señales como dolores constantes, hinchazones sin causa aparente o cambios en el comportamiento del niño, y consultar a un médico rápidamente si existe alguna sospecha.