La Secretaría de Salud del Estado de Rio Grande do Sul informó que un trabajador de una granja en Montenegro, donde se detectó un caso de gripe aviaria, comenzó a presentar síntomas similares a los de una gripe después de haber estado en contacto con aves infectadas. Esta persona se encuentra en aislamiento en su domicilio y se han tomado muestras para su análisis. Estas muestras fueron enviadas a un laboratorio especializado para su estudio, y se espera obtener los resultados durante esta semana.
La gripe aviaria, también conocida como influenza aviar, es una enfermedad infecciosa que puede afectar tanto a aves como a mamíferos, incluidos los seres humanos. Según las autoridades sanitarias, el virus influenza tipo A (H5N1) es el que predomina en los brotes registrados en varios países del continente americano, incluido Brasil. La infección en humanos se produce principalmente por el contacto sin protección con aves que están infectadas o con ambientes contaminados por el virus. Por esta razón, controlar la enfermedad en los animales es fundamental para disminuir el riesgo para las personas y para el entorno.
Los síntomas de la gripe aviaria en humanos son parecidos a los de una gripe común. Entre ellos se encuentran fiebre alta, de 38 grados Celsius o más, y tos que puede ir acompañada de dificultad para respirar o malestar respiratorio. Otros síntomas menos frecuentes incluyen dolor de garganta y secreción nasal. En casos más graves, la infección puede provocar síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarrea, además de complicaciones respiratorias. Estas complicaciones pueden derivar en neumonía, insuficiencia respiratoria, fallo múltiple de órganos, shock séptico, y también en infecciones bacterianas y fúngicas secundarias, lo que podría poner en riesgo la vida del paciente.
Respecto a la transmisión de la gripe aviaria entre personas, esta ocurre en situaciones muy poco comunes y requiere un contacto cercano y prolongado sin protección. Los casos documentados de transmisión entre humanos son limitados y poco eficientes, y no se sostienen a nivel comunitario. Generalmente, la enfermedad se transmite a través del contacto directo sin protección —es decir, sin el uso de guantes, ropa especial, mascarillas, respiradores o protección ocular— con aves infectadas, mediante la saliva, secreciones mucosas y heces de estos animales.
El periodo de incubación de la gripe aviaria en humanos suele ser de uno a diez días. Este intervalo es utilizado por las autoridades sanitarias para la vigilancia epidemiológica y para el manejo de casos y de las personas que han estado en contacto con ellos.
En cuanto al consumo de carne de pollo, no existe riesgo de contagio de gripe aviaria por comer esta carne, ya que no es una vía de transmisión de la enfermedad, según los expertos en agricultura y sanidad animal.
Las personas que están en mayor riesgo de contraer gripe aviaria son aquellas que tienen contacto directo o indirecto con aves infectadas o con lugares contaminados por el virus. Esto incluye trabajadores de granjas, mataderos, centros de rehabilitación de animales, personas que recolectan muestras biológicas, quienes limpian y desinfectan esos sitios, manipuladores de aves silvestres y la población general que pueda haber estado en contacto con aves enfermas o muertas.
El tratamiento para la gripe aviaria en humanos consiste en el uso de un medicamento antiviral llamado fosfato de oseltamivir, que debe administrarse preferentemente durante las primeras 48 horas desde la aparición de los síntomas en casos sospechosos, probables o confirmados. Este tratamiento puede disminuir la duración y gravedad de la enfermedad, y se recomienda un mínimo de cinco días de administración.
Para prevenir la gripe aviaria, es fundamental evitar el contacto con aves enfermas o muertas, incluyendo aves silvestres, y reportar a las autoridades correspondientes la presencia de aves fallecidas. Las medidas preventivas generales incluyen la higiene frecuente de las manos con agua y jabón o soluciones alcohólicas al 70%, cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar, evitar el contacto cercano sin protección con personas que tengan síntomas gripales, y reducir la asistencia a lugares concurridos y cerrados.
Para quienes trabajan en contacto con aves o en ambientes posiblemente contaminados, se recomienda no tocarse la boca, ojos y nariz después del contacto con animales o superficies contaminadas, lavarse las manos frecuentemente, cambiarse de ropa luego del contacto, y usar equipo de protección personal que incluya botas altas de goma, mascarillas, gafas protectoras, delantal impermeable descartable de manga larga y un doble par de guantes desechables.
Cuando se detecta un caso sospechoso, probable o confirmado de gripe aviaria en humanos, es obligatorio notificarlo de inmediato para que se realice la investigación correspondiente y se tomen las medidas adecuadas, como el aislamiento del paciente, la toma de muestras y el tratamiento oportuno. Esta notificación es clave para el control y seguimiento de la enfermedad.